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El tratamiento de conducto, también conocido como endodoncia, es un procedimiento crucial, el cual se encuentra diseñado para salvar dientes afectados por infecciones o daños severos en la pulpa dental.
Cuando hablamos de la pulpa, hacemos referencia al tejido blando ubicado en el interior del diente, que contiene nervios, vasos sanguíneos y tejido conectivo. En este artículo, hablaremos en profundidad sobre los casos en que debe considerarse este procedimiento. ¡Conócelos!
El propósito fundamental del tratamiento de conducto es preservar la estructura dental perjudicada, eliminando la pulpa dañada o infectada. Este procedimiento evita la extracción del diente, restaurando su salud y función. La pulpa dental puede infectarse debido a diversas razones, como caries profundas, abscesos dentales o lesiones traumáticas.
El tratamiento de conducto es una intervención odontológica fundamental en situaciones específicas donde la salud del diente se ve comprometida. A continuación, se detallan los casos más comunes que indican la necesidad de este procedimiento:
La caries dental es una enfermedad prevenible pero que se presenta con alta frecuencia y cuando tiene bastante tiempo de evolución, puede comprometer la pulpa dental y causar infecciones graves. Si no se trata a tiempo, puede afectar toda la estructura del diente, causar dolor, sensibilidad e incluso la pérdida misma del mismo.
Ante la presencia de caries profundas, es posible que adicional a retirar la caries, también se deba realizar tratamiento de conducto para preservar el diente.
Los abscesos dentales son acumulaciones de pus causadas por infecciones bacterianas en el área circundante al diente. Estos pueden desarrollarse como resultado de caries no tratadas, enfermedad de las encías o lesiones traumáticas.
Cuando un absceso afecta la pulpa dental, el tratamiento de conducto se vuelve esencial para eliminar la infección. De lo contrario, puede propagarse a otras partes del cuerpo, ocasionando complicaciones más serias.
Las lesiones traumáticas, como golpes fuertes o caídas, pueden tener un impacto directo en la pulpa dental, incluso si los daños no son visibles de inmediato. El tratamiento de conducto puede ser necesario para abordar los daños internos y prevenir problemas a largo plazo.
De hecho, si no existe evidencia externa de trauma, la sensibilidad persistente o el dolor dental después de una lesión son señales de alerta que deben ser evaluadas por un profesional de la salud oral. En estos casos, este procedimiento puede ser la clave para preservar la integridad del diente afectado.
FRASE DESTACADA:
“El tratamiento de conducto se recomienda en casos de caries profundas que perjudican la pulpa, abscesos dentales que comprometen la salud general del diente y lesiones traumáticas que ocasionan daño interno”.
El procedimiento de endodoncia, se convierte en una opción necesaria cuando diversos factores indican problemas significativos en la pulpa dental. Aquí te mostramos los más significativos:
El dolor dental persistente generalmente es agudo y constante, y puede estar presente al masticar, aplicar presión sobre el diente o incluso en reposo. Este indicador sugiere problemas en la pulpa dental, donde los nervios y vasos sanguíneos pueden estar comprometidos.
La endodoncia aborda directamente esta causa, eliminando la pulpa dañada para aliviar las molestias y preservar la integridad del diente.
La infección o inflamación de la pulpa puede afectar la vascularización del diente, resultando en cambios de color perceptibles, especialmente su oscurecimiento.
Además, la hinchazón alrededor del área dental también puede indicar la presencia de una infección. La endodoncia puede llegar a ser necesaria para intervenir estas afecciones, eliminando la fuente de contagio y previniendo la propagación a otras zonas.
La sensibilidad aguda en las encías, especialmente al calor o al frío, puede ser un indicador de problemas en la pulpa dental. La endodoncia se recomienda cuando esta se hace persistente y no se alivia con medidas convencionales. Este procedimiento trata la fuente de la sensibilidad, restaurando la salud de la pulpa y mejorando la comodidad del paciente.
El tratamiento de conducto es un procedimiento dental meticuloso. A continuación, se detallan las diferentes etapas de este procedimiento:
El tratamiento de conducto es una intervención vital para preservar la salud dental en casos de infecciones o daños en la pulpa. Identificar los signos tempranos y buscar atención dental adecuada son pasos fundamentales para garantizar el éxito de este procedimiento y mantener una sonrisa saludable.
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Por lo general, se completa en una o dos sesiones, dependiendo de la complejidad del caso.
La mayoría de los pacientes pueden reanudar sus actividades normales después del procedimiento, aunque pueden percibir sensibilidad temporal.
Mantener una buena higiene oral y acceder a chequeos regulares con el odontólogo puede prevenir muchas anomalías dentales que requieren tratamiento de conducto.