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Probablemente ya sabes que la ortodoncia es la especialidad de la odontología que permite corregir problemas de mordida y posicionamiento dental. No obstante, a la hora de optar por un tratamiento debes conocer los diferentes tipos de aparatos dentales que existen.
Los tratamientos de ortodoncia pueden ayudarte a mejorar tanto la funcionalidad como la estética de tus dientes; pero antes de ponerte aparatos, primero debes someterte a un estudio ortodóncico para determinar un plan de tratamiento adecuado.
¿Necesitas recurrir a la ortodoncia para mejorar tu salud y apariencia bucodental? En este artículo te contamos qué tipos de aparatos dentales existen, de manera que tengas una idea más clara sobre el tratamiento a usar.
Son los aparatos dentales más conocidos. Cuentan con elementos como bandas, ligaduras y arcos especiales para ejercer la fuerza que requieren los dientes para producir los movimientos oportunos. Los aparatos dentales fijos se clasifican en:
Los brackets convencionales o metálicos, han estado relacionados con los niños, por ser quienes principalmente eran sometidos a este tratamiento. Sin embargo, son una excelente alternativa para corregir problemas dentales en adultos y adolescentes.
Los aparatos dentales metálicos son los más tradicionales del mercado. Aunque no es el tratamiento más discreto, es muy efectivo para corregir problemas de mordida y posicionamiento.
Aunque no son la opción más discreta, este tipo de aparatos dentales son ampliamente recomendados para solucionar problemas de posicionamiento; así como mordida abierta, sobremordida, mordida cruzada y diastemas.
Se colocan en la cara interna de los dientes, por lo que no se ven y resultan una alternativa estética. Este tipo de ortodoncia es eficaz para corregir desde ligeros apiñamientos hasta mordidas cruzadas.
Tanto en el anterior tipo de ortodoncia, como en este, es habitual sentir dolor y presión en los dientes durante los primeros días, sobre todo al masticar. Sin embargo, durante el proceso de colocación, el paciente no siente dolor alguno.
Es probable que al principio aparezcan llagas en la lengua y se sienta incomodidad para hablar con normalidad.
Para mitigar estas molestias, es muy útil el uso de cera de ortodoncia. Si el dolor es muy fuerte, se puede recurrir a la ingesta de analgésicos recetados por el odontólogo.
Entre los aparatos dentales fijos están los brackets cerámicos o de zafiro, estos son considerados más estéticos que los metálicos e igualmente se ponen en la cara frontal de los dientes.
Este tipo de aparatos dentales se elaboran con materiales similares a la porcelana, asemejándose un poco más al tono natural de los dientes, haciéndolos ligeramente más discretos.
Dentro de la gama de tratamientos con aparatos dentales removibles se encuentra la ortopedia funcional. Este tipo de tratamiento puede actuar en dientes, lengua, labios y músculos con el fin de corregir la función respiratoria, masticatoria y de deglución.
La ortopedia funcional favorece el correcto desarrollo del hueso maxilar y la mandíbula; evitando la aparición de posteriores complicaciones o anomalías dentofaciales.
Este tipo de aparatos pueden ponerse y retirarse por el paciente. Por lo cual se debe tener especial cuidado con cumplir a cabalidad el tiempo de uso que haya indicado el odontólogo, ya que de esto dependerá en gran parte el éxito del tratamiento.
Usualmente, el mejor rango de edad para usar ortopedia funcional, va desde los 6 a los 12 años de edad.
Los aparatos dentales removibles deben ponerse y quitarse de acuerdo al tiempo de uso que haya indicado el odontólogo, de esto depende en gran parte, el éxito del tratamiento.
La aparatología funcional se clasifica según el diseño y la finalidad terapéutica:
Al no contar con capacidad para generar fuerzas mediante el uso de resortes o tornillos; este tipo de aparatos dependen únicamente de la tensión de los tejidos blandos y de la actividad muscular para producir el efecto terapéutico.
El aparato de apoyo dental pasivo encaja holgadamente dentro de la boca y permite adelantar la mandíbula varios milímetros para lograr una mordida correcta.
Consiste en una pequeña almohadilla aplicada contra la mucosa lingual, es decir, colocada por detrás de los incisivos inferiores para estimular la recolocación mandibular.
Además de sus efectos en el crecimiento mandibular; sirve como aparato para la expansión del arco debido a que las arcadas tienden a expandirse cuando se elimina la presión sobre los dientes y los labios.
Son similares a los aparatos de apoyo dental pasivos y están recomendados para corregir maloclusiones. A diferencia de los pasivos, los activos cuentan con elementos como tornillos de expansión y resortes, entre otros.
Dentro de la ortopedia funcional, los aparatos de apoyo dental activo tienen la ventaja de adaptarse fácilmente a la boca del paciente.
Estos aparatos son ligeros y se adaptan fácilmente a la cavidad bucal. Al tener muchos espacios por donde puede pasar el aire, no se desprende mientras el paciente duerme.
Cuando los dientes no están bien alineados la funcionalidad bucodental se ve afectada; es decir, se originan problemas en funciones vitales como comer y hablar, por lo tanto, se trata de una condición que afecta nuestro bienestar general.
Incluso, es una situación que puede provocar serios problemas de confianza y autoestima que no nos dejarán sonreír a gusto.
Los beneficios de usar aparatos dentales son inmensos. No solo podemos mejorar las funciones de nuestra boca, sino también lograremos prevenir enfermedades y conseguir una sonrisa más estética.
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